El paso de los años,
¡quién cambiar pudiera!
He sembrado mil jazmines
en distintas primaveras
y me ido por claveles
antes que éstos se advirtieran.
Explorando mis anhelos,
se ha cegado mi conciencia,
de ignorancia he pecado
ante su divina presencia.
Vuestra nobleza me conmueve
y por vergüenza me inclino
ante el pefume de las flores
que engalanan mi camino.