Prefería sacrificar a sus soldaditos.
Matarlos rapidito,
para correr a la muralla
y observar a su amada
en puntitas de pie... .
Desde un pequeño hueco,
admiraba a su Rocío
Ignorante princesa,
con manchas en su vestido
y zapatitos de hebilla.
Solo se distinguía
un pedacito de frente,
sus ojitos sonrientes
y diez dedos
en ardua lucha
con la fuerza y la gravedad.
Y si acaso,
le tiraba un beso
que estallaba bajo el hueco de ladrillos,
(gigante e infinito castillo).
Beso que volaba con el viento,
llegando al pelo de Rocío
en forma de caricia... .
Y la amaba... .
Y la soñaba... .
Imaginaba ser el Zorro,
tatuando a los villanos,
rescatando a su Rocío
para volar en un dragón
a la isla desierta
del capitán Morgan
y vivir juntos,
para siempre,
del tesoro... .
Jejeje... Avelibre... !qué original poema!. Me despierta, a la vez, admiración por el estilo usado y sonrisa por la temática que, aún siendo crítica, la presentas con una ironía de gran talento. Un abrazote sano.