La oscuridad se instala con ineludible firmeza y te deja deja petrificado en tu cama. Vuelven las mismas conversaciones en tu cabeza y las mismas sensaciones en tu cuerpo, una presión en el pecho, un frío que te envuelve y la necesidad de salirte de vos mismo aunque sea por un segundo.
Respirás, pensás en ese segundo en que estuviste entre la vida y la muerte y en el segundo posterior en donde notaste lo cerca que estuviste de la parca y entonces, algo se distende, una brisa cálida aparece y suavemente vas cayendo en un descanso profundo y seguro.
Oscuro como un insomnio...
Saludos.