Sin duda la realidad que subyace en el mundo de la mujer actual. A nivel global se nos llena la boca desde el ¿"micromachismo"?- he oído alguna vez- imperante todavía, hablando de la desigualdad entre sexos a todos los niveles; somos defensores a ultranza de esas mujeres que con coraje ponen el acento en esta situación cotidiana, pero cuando llegan a casa no queremos que se nos cuestione en el hogar por muy "brava" que sea en la calle, porque entonces somos nosotros los cuestionados como hombres.
Un gran texto, preciso, conciso y directo.
Un saludo cordial.
Es triste tener que salir al mundo a través de la aceptación del otro, es triste que la mujer para sentirse aceptada como igual y por lo que es en si misma, tenga que demostrar que puede ser igual cuando en realidad todos somos distintos. Cada hombre o cada mujer es en si mismo, un ser totalmente original, es imposible de copiar. Por eso me parece tan extraño que todavía haya gente, que quiera preservar identidades a través del género, del sustantivo o del adjetivo, ya que lejos de ser idénticos o parecidos, dentro de cada grupo no dejamos de ser únicos y singulares.
Un gran texto.
En tú texto lo que subyace es el deseo, la justa promoción de la dignidad femenina, en total libertad, sin discriminación, sin violencia. Tarea postpandemia de todos y todas.
Pertinente participación.
Saludos Azula.