Podría narrar
que llovía y granizaba,
en la plaza de las horas muertas,
se acumulaba el fango y la tierra,
y huían hasta las ratas,
mientras petalos de rosas
inundaban calles desoladas y cubiertas,
del ollin de la pasión incinerada,
de pastos desterrados,
cultivos desnutridos por la inclemencia.
Podría describir
paisajes grises
que en panoramica te muestran todo,
inciertos destinos de gaviotas rezagadas,
mares embravecidos,
una grieta por la que se cuela el agua,
en la caseta del olvido,
Pero los versos no son esclavos,
ni la prosa mal camino,
somos nosotros nuestros dueños,
el sendero, el destino,
ni nada ni nadie, y todo a la vez,
tropezamos, nos levantamos,
y volvemos a caer,
hasta encontrar ese punto fijo,
ese apoyo incierto,que ayuda a volar,
o a perecer.
Al fin y al cabo, podría escribir..
versos que aun no he escrito..
