Sobrevivió al Amor.
24 de marzo de 2011
por bajollave
Otra vez aquí. Tu voz quebrada, esquiva.
Me habla.
Los sueños solo guardan atisbos de realidad cuando los busco entre esos muebles viejos
mis entrañas.
Y pienso si amé. Empiezo a dudar. Las almas cercadas tienen demasiado poder para desangrarse entre desconocidos.
Quieren volar y entre las masacres dibujan altísimos encarnados, les da miedo caer.
No me pidas mi pecho, no te apoyes en él.
Voz quebrada y esquiva, pretendes volver.
Te escondes. Me susurras que vuelva allí.
Semblante apasionado, tuviste el poder.
Y ahora
Ahora ya desperté.
Te regalé mi tejado, mis tejas se desgastaron.
Pero continué allí, frente a esos árboles no quería otra opción. Esa ausencia, tan húmeda, tan nocturna
Ese cuerpo desangrándose, pintando tu rostro. Prefería morir viendo tu mirada aunque fuera entre los restos de una masacre. Era ese último segundo antes de morir, era tu mirada ilustrada en aquel muro con el torrente de mis venas.
Y ese último segundo se expandió como una eternidad. He vivido millones de últimos segundos con tu mirada, con mi muerte.
Voz quebrada y esquiva, artardece persistente.
No encuentro un ayer.
Semblante apasionado, esas pinceladas expiraron.
No tengo más sangre.
Deformándome entre distorsiones
ahora no quiero cambiar.
Cambiar de rumbo en tu travesía, ¿Acaso hay algo que buscar?
Errante, menos equivocado sabiendo que todo es un error y tú sigues buscando un rincón.
Voz quebrada y esquiva, ya no hay sueño entre tú y yo.
Esos árboles son pasto de mil virosis.
Semblante apasionado, ya no encontrarás ese poder.
Mi sangré se quedó en aquel campo de ruinas, ahora ya no quiero partir.
________________________________________________________________________________________________________________________
Y bien es cierto lo encontraron, aquel hombre a punto de morir, pintando un rostro con su sangre en un muro vetusto. Era un rostro casi burgués, desapareció entre la maleza su retrato y con él se marcharon los segundos eternos, los motivos para desfallecer.
Hugo el pintor se recuperó cuando un segundo decidió desechar la divinidad y se volvió mortal. El tiempo volvía a transcurrir junto a sus pies humanos, lejos de los dioses embadurnados por los sueños de tejados inclinados y amaneceres rosáceos. El tiempo le dio una oportunidad a aquel suicida bohemio. Cuarenta años después escribió esta canción, valiente y bravo sobrevivió al amor.
Amanecí1413 lecturas, 8 comentarios
Y el amor impregno sus dedos de ese rostro con sangre en el vetusto muro , luego recordaría que su nombre era Hugo , pero en su memoria no quedo como sobreviviente sino como demasiado cansado.Beso.