Recuerdo cuando nos sentábamos en las escalinatas del bloque de nuestra facultad. Los pibes tocaban música de The Rolling Stones con sus guitarras y, Mandy, la de voz ronca, escupía sus mejores canciones. Él llegó una tarde de mayo mientras estudiaba leyes en la plaza principal, saltó sobre la banca donde estaba sentado y me dió unas palmaditas en la espalda.
¿Ché, querés un cigarro?
No, graciasrespondí amablemente ante su petición.
Ahora que abro este libro de leyes y percibo el olor que desprende, aquel olor a cigarrillo de tres pesos, recuerdo que ahora él es Presidente de la República, y se me ocurre la barbaridad (no puedo evitar que se me escape una risita) de ofrecerle un cigarrillo en una de sus ruedas de prensa, al menos que los gendarmes lo impidan.
Muy buena la an?cdota. Te ofreci? un cigarro. ?Pr?ctica en relaciones p?blicas propias de un pol?tico, o generosidad espont?nea, o las dos? Qui?n lo sabe ...