Soledad, musa de angustias.
Aquelarre resentido,
preñado de soles
y de olvidos.
Devenir atemporal,
aurora necia.
La gran Venus,
partera del final,
arremete, iracunda,
con violencia,
¡pretendiendo me pretendas,
fiera recia!;
pretendiendo ver tu orgullo claudicar.
Me gusta mucho, Beataignoranza. Unos versos de pie quebrado con una armonía perfecta. Ni le faltan ni le sobran palabras.