Despojar de tu cintura la belleza,
taciturna
(embriagada con nostalgias,
antinomias de la esencia),
contradice mis hazañas.
Adornadas desventuras,
castigadas,
van y vienen,
consteladas.
Azulejo de lo eterno,
cristal indemne,
sonámbulo,
agudizas
los pesares de este inverbe.
Si la marea roja de tu pelo,
hermoso amanecer de mi memoria,
es inmortalidad, es la victoria,
en vano me preocupa a mí final.
Hermoso poema, Beata. Escribes con una delicadeza y unas palabras ajustadas que deleitan y calan dentro de nosotros.
Un beso.