Las entrañas del Ser
son huecas guirnaldas,
fallidas ofensas
a dioses coladas.
¡Que te amo,
te siento
y me desgarras!
La vida es tus ojos,
gendarmes azules
de angustias baratas
que mecen mi cuna;
la madre penumbra
jazmines ensalza,
y endulza mi canto
con sus manos blancas.
Dime que la muerte no es el fin,
dime que la nada no me aguarda,
dime que el infierno no es aquí,
¡oh, Universo...!,
broma pesada.