La frialdad me hiere los labios,
hace llagas en mi piel
y me levanta ampollas de
pena que en la noche
se revientan y salpican
de lágrimas la luna llena.
La frialdad es un puñal
hecho de trozos de hielo,
que se clava entre mis ojos
y me viste entera de luto,
me disfraza la vida de duelo.
Dame flores de cálidos colores,
dame ramos de rosas,
vísteme de rojo encendido
pero no me regales frialdad
ni me condenes a un
eterno desvarío.
Late en ti un corazón
hecho de piedra,
un músculo insensible
al dolor y al enojo
pero que me daña y a veces
me desespera.
Igual la vi David, pero soy mala para recordar los títulos. No, el mío no corre peligro de volverse de piedra, ojala, me iría mejor. Pero si que vivo en un bosque de piedra, eso si. Sabes que es cariño es mutuo. Un beso enorme
Soledad y dolor como temas primordiales en tus versos, y ¿qué otra cosa se podría sentir si hay un corazón de piedra de por medio?
Triste ardor el que dejas en tus letras.
Un abrazo amiga