Tu voz me cura, amor,
me pone tiritas en el
corazón, es una venda
para cada herida.
Tus palabras son ese bálsamo
que necesito cuando
siento que me pesa tanto
tu ausencia, que todo
se hace difícil y se tiñe
de gris toda presencia.
En días como hoy te necesito,
añoro tus manos en las mías,
tus labios abriendo surcos
en mi carne, tu barba
arañando mis mejillas.
En días como hoy te amo
más que nunca, amor,
y me duele cada poro de
tu piel, que hoy no tengo,
cada caricia olvidada en
un rincón, cada beso
que no te he dado, quizá
porque me ha faltado tiempo.
Y en días como hoy sin ti
no puedo tan siquiera
hilar mis pensamientos,
solo rumiar mi dolor
y sufrir porque no te tengo.
Cuando una persona se echa de menos, es dificil suplirla. Las caricias soñadas y los abrazos apenas percibidos, no sirven para calmar los sentimientos. El amor es un sentimiento en el que la soledad fluctua. La soledad es un ave de mal agüero, condenada a conquistar el mundo.
Un poema, francamente hermoso.
Un saludo, Beth.