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Highlander 12

Pero no lo sabíamos entonces, ninguno de los dos. Por desgracia, solo pasaron unos cuantos años más hasta que Malcom se interpuso en nuestras vidas. He contado ya muchas veces lo que sucedió, y es algo que me despierta tanto dolor, que no deseo dedicarle demasiado tiempo. Baste decir que mi hermano me arrebató lo que más quería en el mundo. Una mañana se presentó en nuestra casa, aprovechando que yo estaba de viaje en Edimburgo, y le pidió a mi esposa que se escapase con él a las colonias americanas. Anabelle le echó de casa, y él la mató. Ahí se acabó mi felicidad y pensé que también mi vida, hasta que Kilda, que me había criado y a la que quería casi tanto como a mi madre, vino en mi ayuda, y me mostró la manera de sobrevivir; siempre con la esperanza de recuperar a la mujer que quería. Tomar la decisión de beber de aquella fuente no fue fácil para mi; primero porque iba en contra de la racionalidad más elemental, y segundo, porque aún en el caso de que aquello fuese verdad; ¿De verdad quería yo ser inmortal? Nacemos y morimos, es algo que sabemos desde siempre, y así enfrentamos la vida. ¿Vivir para siempre? Me parecía un enorme acto de soberbia; de egoísmo incluso; pero estaba tan desesperado, y sobre todo, tan enfurecido, que desafié al mismo Dios y al orden de la creación. Y bebí; esperando que fuese verdad lo que Kilda me había contado, y sobre todo rezándole a ese Dios a quien había desafiado, para que me mostrara el camino que me llevase a Anabelle. No me importaba el tiempo que tuviese que pasar, ni cuantas calamidades debiese enfrentar; pero quería volver a tenerla entre mis brazos. La soledad, sobre todo por las noches, era tan enorme, tan densa y pesada que parecía haber adquirido cuerpo. Me había acostumbrado a compartirlo todo con ella, a contarle por la noche las cosas más nimias, y ahora el silencio me hería los oídos. Llegó un momento de desesperación tal, que para no volverme loco, hablaba en voz alta con Anabelle, esperando que me escuchase, desde donde quiera que estuviese. Soñaba con ella muchas noches, y al despertar, el dolor se me hacía insoportable. Algunas veces, en estos sueños me parecía tocarla, acariciarla, la sentía a mi lado, oía su voz, olía su perfume. Era una presencia tan real que al abrir los ojos mi soledad todavía era más dura. No recuerdo demasiado de aquellos años; supongo que hacía lo que se esperaba de mí; trabajaba, llevaba la finca como siempre, solucionaba los problemas que los arrendatarios me presentaban, y fingía vivir. Se que algunas jóvenes, hijas de los jefes de clanes amigos, intentaron que me fijara en ellas; se esperaba de un viudo joven que rehiciese rápido su vida, cuando más, como era mi caso, no había un heredero. Seguía siendo un hombre, con las apetencias y necesidades de un hombre, pero no me parecía justo ni leal compartir mi vida con alguien a quien nunca podría amar. Y sabía que nunca podría amar a nadie distinto de mi esposa. Si estuve con otras mujeres; al fin y al cabo, no era ningún monje; pero eran encuentros buscados especialmente para un desahogo ocasional; que me dejaban, si cabe, todavía más defraudado y lastimado. Así sobreviví un tiempo en mis tierras, hasta que pensé que era peligroso quedarme; porque todos las personas a mi alrededor iban envejeciendo, y yo me conservaba como siempre. Preparé la finca para una larga ausencia, y al administrador le dí plenos poderes para actuar en mi nombre. Confiaba en él, sabía que se ocuparía de mis arrendatarios con honradez. Le conté que me encontraba demasiado apenado en Escocia, que todo me recordaba a mi esposa; lo cual era la pura verdad; y que pensaba viajar durante un tiempo. Me fui a Francia, donde tenía parientes.
Beth14 de agosto de 2010

8 Comentarios

  • Deox

    Hola Beth...
    buen escrito...que deja al borde de la silla esperando mas...
    has captado toda mi atencin con esta tragedia hasta ahora eterna...

    me gusto mucho abrazos y suerte para ti

    14/08/10 07:08

  • Beth

    Muchas gracias, Deox. Tienes razón en lo de tragedia, a este pobre hombre le pasa de todo

    14/08/10 07:08

  • Unrecuerdoqueolvidar

    me lo he leido entero( cosa rara en mi xD) y me ha parecido impresionante! sigue escribiendo asi beth, te agrego a favoritos va? pasate x mi perfil a ver si te gustan mis textos =)

    14/08/10 08:08

  • Beth

    Muchas gracias, comentarios como estos animan a seguir escribiendo.
    Saludos

    14/08/10 09:08

  • Mary

    Oh que triste la perdida de su esposa, me sorprendio demasiado esa
    parte. Esperaba desde hace tiempo un nuevo capitulo de tu historia
    y la verdad me sorprendiste. Estoy deseando saber que nuevas historias
    le esperan en Francia. Besoss pa' ti buena escritura!!

    15/08/10 09:08

  • Beth

    Muchas gracias, Mary. Ya verás, el chico nos ha salido viajero

    16/08/10 09:08

  • Nemo

    Que bien Beth!!... inicia el peregrinaje de él. Terrible lo de su esposa pero ahí gira su vida.
    Espero el siguiente... tú sigue que yo le sigo.
    Saludos muchos!

    16/08/10 05:08

  • Beth

    Seguimos Nemo. Un abrazo

    16/08/10 06:08

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