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Highlander 15

Cuando acabó la guerra, Kentucky sufrió durante unos años una profunda depresión económica, y por eso no vendí la destilería, por mucho que desease marcharme a otro lugar. Tiempo era precisamente lo único que me sobraba, y me quedé allí durante otros quince años más. Cuando por fin pude venderlo todo y cortar mis lazos con Lexintong, deambulé durante unos cinco o seis años por todo el sur americano; que había quedado devastado por la lucha. En cierto modo, y aunque el paisaje de los dos lugares tenga muy poco que ver, y mucho menos el clima, me recordaba a Escocia tras el Levantamiento; por la situación del lugar y sobre todo por la amargura de la gente, que sentía que le habían quitado algo muy valioso y que ya nunca retornaría. Me enteré de que muchos escoceses habían acabado en Canadá, e incluso supe a través de unos tratantes de ganado que en la región de Alberta había varios Fraser. Sabía, dentro de mí, que era demasiado pronto para buscar a mi esposa, pero tenía que probar. Me establecí en la ciudad de Edmonton, donde me dediqué a lo que mejor sabía hacer, que era vender y negociar con licores. La recientemente creada Policía Montada me vigiló al principio; porque una de sus misiones era velar porque no se vendiese alcohol de manera ilegal ni se adulterase. Pero cuando se dieron cuenta de que mi negocio era lo que aparentaba ser, me dejaron en paz, e incluso me trataron bien. Me sentí pronto como en casa, porque el paisaje era, en cierto modo, similar al escocés, aunque más grandioso. Los lagos aquí poco tenían que ver con el Lago Ness, que se quedaba casi como una modesta charca. Pero sobre todo me sentía bien porque gran parte de la población de la ciudad hablaba gaélico. Y es verdad que había varias familias con el apellido Fraser; todos ellos procedían de la rama de los Fraser de Lovat que habían huido a raíz del Levantamiento; pero no había rastro de Anabelle. Y en Edmonton me hallaba cuando estalló la fiebre del oro del Yukón, y a la ciudad empezó a llegar gente de todas partes; cada uno de ellos con una esperanza alojada en la mochila; para cambiar de vida y de fortuna. La mayoría no consiguieron ni una cosa ni otra; pero yo si aumenté mi caudal económico, aunque modestamente; porque al parecer buscar oro da mucha sed. Fui feliz, dentro de lo que cabe, los veinte años que pasé en la zona. No podía quedarme mucho tiempo en sitio alguno; por el ligero problema de que el tiempo pasaba y mi aspecto no cambiaba. Cuando ya el nuevo siglo había comenzado, vendí todas las propiedades, y partí de nuevo; esta vez rumbo al Viejo Continente. Añoraba Escocia, pero todavía me daba miedo volver, así que decidí que sería más prudente ir a Irlanda, al menos durante un tiempo. Y me instalé en Donegal; pero podía haberlo hecho en cualquier otro sitio, porque a ninguno me ataban lazos especiales. Si pensé que aquí, al estar más cerca de casa, se disiparían mis añoranzas, me equivocaba por completo. Quizá por esa cercanía me sentía más solo que nunca, y hubo ocasiones en que tuve que echar mano de toda mi voluntad para seguir adelante en la meta que me había propuesto. En esa época me hubiera sido muy útil tener una bola mágica que me ayudase a adivinar el futuro; y así me evitaría muchos problemas. Parecía que apenas llegaba a un lugar que me parecía tranquilo, y estallaban los conflictos. Irlanda no fue una excepción; cuando ya me había acostumbrado al lugar y a su gente, estalló la guerra por la independencia de los británicos. No era mi lucha; desde luego, y no me agradaba la guerra; así que tuve la inteligencia de marcharme antes de que fuese demasiado tarde; y pude hacerlo rápido porque todavía no me había establecido del todo y no tenía raíces en la zona. Pensé que sería buena idea conocer los países del Norte de Europa.
Beth26 de agosto de 2010

2 Comentarios

  • Mary

    A este hombre le va haciendo falta un poco de paz y estabilidad en su
    vida, y para eso necesita reencontrar el amor.
    Buen capitulo, espero el siguiente a ver que pasa.
    Besoss amiga.

    28/08/10 11:08

  • Beth

    Si, pobrecillo. Parece que ha nacido para sufrir

    28/08/10 11:08

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