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La Casa de la Colina 36

No le podía contestar nada, mi voz me traicionaría. Mentalmente rogué para que se separase de mí. No me tocaba, pero estaba tan cerca que le oía respirar. Me estremecí cuando con su dedo índice recorrió mis hombros, delineando cada hueso, para pasar luego a mi espalda. Se me erizó la piel con ese simple contacto y ya no sabía si deseaba que se detuviese. Pero no tuve que decidir; el azar lo hizo por mí. El sonido insistente de su móvil nos sorprendió a los dos y vino a romper, no se si para mi completo alivio, la magia y la electricidad que se habían creado. Se separó de mi lado para contestar la llamada y yo fui capaz de darme la vuelta y mirarle de frente. De nuevo volvía a ser el Lucas distante y profesional que cumplía con su trabajo. Apenas habló; se limitó a escuchar lo que le decían del otro lado de la línea y asentir de vez en cuando. Cuando colgó su cara expresaba preocupación, pero también tenía ese gesto de triunfo que le salía de manera innata cuando estaba cerca de encontrar la solución a algo.
-¿Qué ocurre? ¿Es algo relacionado con lo nuestro?
-Ya están los resultados de la autopsia. Me llamaba mi compañero de la Europol.
-¿Y hay algo preocupante?
-Sabemos que la han violado, antes de matarla. Y ella se defendió. Lo normal si tenemos en cuenta que era una chica joven que practicaba deporte. Debe de haberle costado bastante a su asesino reducirla. En las uñas han encontrado restos de piel y sangre, de quien la atacó.
-Eso quiere decir-empecé.
-Eso quiere decir-me interrumpió-que han podido sacar muestras de ADN. Y podemos compararlo con alguna muestra de Jaime.
-No tenemos nada-objeté.
Lucas se sentó en el sofá y me llamó con un gesto a su lado.
-No, pero podemos conseguirlo. Legalmente no nos valdrá de nada, porque cualquier abogado de segundo de carrera objetaría que las muestras no han sido obtenidas de manera legal y no se pueden aportar como prueba. Pero nos servirá para saber si él la ha asesinado.
Me parecía una buena idea, pero me preocupaba la manera de obtener lo que Lucas necesitaba. Creo que él pensaba lo mismo que yo.
-Necesito entrar en la casa y coger algo suyo: un cepillo de dientes, la colilla de uno de sus cigarros, si es que fuma. Tú tienes la llave, ¿no?
-Si, pero me da miedo que entres. ¿No sería mejor que fuese yo?
-Tú estás en Barcelona, cuidando a tu tía. Y ni muerto permitiría que te pusieses a su alcance. Déjame que piense algo.
-¿No puedes enviar a alguno de tus hombres?
-Claro que no. Estoy en esto de manera extraoficial. Una cosa es pedirle a un amigo que sacrifique unas horas de sueño para hacer una vigilancia, y otra muy distinta obligarle a que entre en una casa sin orden judicial. El trabajo sucio me toca a mi.

Esa idea no me gustaba en absoluto. Quería que Lucas me ayudase pero no a costa de arriesgar su vida. Y cada día estaba más convencida de que Jaime era muy peligroso. ¿Podría yo convencerle de que desistiese de su idea? Lo dudaba. Lucas siempre había sido muy terco, y una vez que tomaba una decisión era complicado hacerle desistir de ella. Sergei vino a sacarme de mi ensimismamiento y mis preocupaciones. Se sentó sobre las patas traseras y empezó a maullar para llamar mi atención, mirándome con ojos llenos de reproche.
-Tienes razón, precioso-le dije, tomándole en brazos. Tienes un ama muy descuidada. Ahora te daré de comer. Encima de que has estado solito toda la tarde, ahora te hago pasar hambre.
-Mimas demasiado a ese gato-me reprochó Lucas, mirando al pobre minino con cierta inquina.
-No le mimo demasiado, le doy cariño. Para eso le he traído. Todos los seres humanos tenemos un excedente de amor y hay que dárselo a alguien.
-Pues me parece bastante patético que se lo tengas que dar a un gato. ¿No hay ningún ser humano que lo merezca?
No le contesté. Le conocía muy bien y sabía que estaba intentando provocarme a costa de Sergei. Le puse su comida en un cuenco y empecé a preparar la cena para nosotros. Lucas se fue al salón y estuvo trabajando en su ordenador. No le pregunté lo que hacía; nunca había sido la típica entrometida que necesita a cada momento saber todo lo que pasa a su alrededor. No lo había hecho cuando estábamos juntos, y ahora con mayor motivo me mantenía a cierta distancia.
Cuando puse la mesa para cenar Lucas me pidió que llamase a Jaime para intentar averiguar si estaba en casa o qué planes tenía. Me resistí, porque solo pensar en oír su voz a través del teléfono me ponía nerviosa; pero sabía que era necesario hacerlo porque al final todo redundaría en la seguridad de Lucas. Marqué su número y después de cinco tonos, cuando pensé que ya no contestaría, oí su voz. Me removió por dentro, pero intenté darle a mis palabras un tono ligero, de normalidad. Le saludé como solía y le conté una patraña sobre la salud de mi tía, diciéndole que todavía tendría que permanecer con ella al menos una semana. Como al descuido le pregunté qué tal estaba todo por casa, y sentí un inmenso alivio cuando me dijo que hoy mismo se había marchado de nuevo de viaje, que estaría al menos diez días recorriendo la zona centro y norte de Portugal. Lucas se puso contento cuando se lo dije.
-Si es así-me dijo sirviéndome la sopa-mañana iré a tu casa y sacaré lo necesario para el laboratorio.
-Yo te acompañaré.
-Prefiero que no. Déjame ir solo, será mejor.
-¿Por qué? Si no está Jaime no hay ningún peligro.
Se negó, aduciendo que solo trabajaría mejor.
-Puedes ir a visitar a mi hermana. Mañana es domingo y estará todo el día en casa. Se alegrará de verte.
-¿Estás seguro? No quiero molestarles en el único día que tienen para estar en familia.
-No seas tan comedida. ¿Has olvidado todo el tiempo que pasaba Esther con nosotros? Si casi vivía en tu casa.
-Si, pero eran otros tiempos-refuté.
-Es verdad. Eran otros tiempos. ¿No los añoras? En ocasiones, por mucho que me cueste confesarlo, daría la mitad de mi vida porque volviesen.
Beth05 de enero de 2011

6 Comentarios

  • Norah

    Querida Beth, me gusta el estilo de Lucas y vas acompañando muy bien, como avanza el investigar a Jaime y el redescubrirse de Marta y LuCAS.bESO.

    05/01/11 10:01

  • Beth

    Me alegra de que te guste Lucas, Norah. A mi me ha costado mucho hacerme con el personaje, pero creo que desde hace un tiempo he conseguido hacerle mío. Veremos como se desarrolla la historia de ahora en adelante. Besos

    05/01/11 10:01

  • Norah

    Ah, olvide decirte que muy bien y sutil esos roces sin querer queriendo haha.

    05/01/11 10:01

  • Beth

    Creo que Lucas quiere y Marta quiere, aunque lo niegue...

    06/01/11 10:01

  • Serge

    Beth:
    "Mimas demasiado a ese gato-me reprochó Lucas, mirando al pobre minino con cierta inquina".
    Lucas como puede estar celoso de mí, sé muy bien que soy un gato hermoso pero eso no justifica su actitud jejejejejejejejeje...
    En el fondo Lucas quiere algo contigo amita; pero yo no soy ningún obstáculo para eso, al contrario me gustaría muchísimo que ustedes vuelvan.

    Saludos.

    Serge.

    09/02/11 02:02

  • Beth

    Pero los humanos, gatito mío, y sobre todo los hombres, son muy extraños. Tú no le hagas ningún caso, que estoy yo siempre pendiente para defenderte

    09/02/11 04:02

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