Veo una casa pintada de azul
en medio un mar
preñado de dunas doradas
que se mecen al compás de la espuma,
con el viento del Norte
que al caer la tarde,
amor, nos acaricia la cara.

Una casa pequeña, alargada,
con la pintura estropeada
por el viento, ya algo desconchada,
con ventanas blancas, amor,
que cada día abriremos
a la luz de la mañana.

Una casa hermosa, solitaria,
a donde solo llegan los sueños
y en donde tú y yo, alma mía,
nos sentiremos sus dueños.

Veo un mar bravío y otras
veces en calma, un mar
azul como tus ojos, y en
ocasiones verde como los celos
de un corazón a quien
su dueño ha echado el cerrojo.

Veo un bosque de pinos
que se alza en medio
de la nada, y a lo lejos
amor, caballos salvajes
que corren libres, en manada.

Veo tantas cosas amor,
que mis ojos se cansan
y necesitan de los tuyos
para descansar en ellos
mi mirada

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6 Comentarios

• 

  Sandor

  Beth, la línea del horizonte agota entre amaneceres y crepúsculos. Bello poema
  Un beso
  Carlos

  13/08/14 10:08

• 

  Beth

  Lo bueno que tiene poder dormir de vez en cuando es que también permite soñar. Un beso Carlos

  13/08/14 11:08

• 

  Vanished

  muy bella imagen... no se porqué pero siento que esa casa existe en algun lugar, quizas el saber de la sal y el viento y la espuma se deja ver entre sueños, los pasos en la arena, el cielo. besos :)

  13/08/14 08:08

• 

  Beth

  Yo también pienso que existe. Falta saber donde está. Un abrazo

  13/08/14 09:08

• 

  Voltereta

  Has dibujado un horizonte, francamente hermoso, donde a más de uno de nosotros, nos gustaría sin duda estar.
  
  Cada día que pasa, consigues crear poesías más cautivadoras.
  
  Tu poesía está madurando como los buenos vinos.
  
  Un saludo, Beth.

  14/08/14 07:08

• 

  Beth

  Gracias por tus palabras, amigo. Supongo que los sentimientos ayudan a que la poesía salga de donde se encuentre, adormecida. Saludos muy cariñosos

  14/08/14 09:08