Habrá para los dos más mañanas
nacidas del vientre de una
eterna primavera, donde
los pájaros lleguen a
nuestra ventana y nos
acompañen cantando
o tal vez en silenciosa espera.
Habrá jardínes de otoño,
dorados de hojas secas,
las mismas que crujen
bajo mis pies cada vez
que camino a tu encuentro
para fundirme sin remedio
en tu esencia, y volver
a ser uno de mil
hermosas maneras.
Habrá mañanas de invierno
pasadas al lado del fuego,
cuando podamos fundir
la nieve al calor
de nuestros besos.
Y habrá cien mil deseos
recogidos cada día
a medida que pasa
el tiempo
Habrá eso y más. Deseos, jardines, primaveras siempre adornaran tu vida. querida amita.
Un gusto leerte.
Serge.