Una tarde de finales de octubre fue cuando decidi� decirle que todo se hab�a acabado. Hac�a ya d�as que quer�a hacerlo, pero no encontraba la manera de abordar el tema y fue ella quien le ofreci� en bandeja la posibilidad cuando ide� aquellas vacaciones en Navidad. No le import� ver pintada la ilusi�n en sus ojos al planear los d�as que pasar�an fuera, ni buscar el vuelo m�s corto. Sin mirarla directamente le dijo que ser�a imposible, que no iban a irse de vacaciones juntos ni en Navidad ni nunca; que su familia le necesitaba y hab�a llegado el momento de dar fin a este asunto que nunca deber�a haber empezado. Decidi� ser m�s brusco de lo necesario porque no quer�a que ella pensara que quedaba abierto el menor resquicio para un nuevo comienzo, como tantas veces hab�a sucedido ya.
Ella recogi� sus cosas despacio, sin mirarle, y fue hasta la puerta. Antes de marcharse, se dio la vuelta y apoy�ndose en el quicio le dijo que si lo que pretend�a era romperle el coraz�n, ya lo hab�a hecho.
Se qued� extra�amente aliviado. Hab�a pensado que ser�a m�s dif�cil, que quiz� le hiciese una desagradable escena y muchos reproches. Pero lo �nico adem�s de esa frase fue un leve �mandar� a alguien por mis cosas en unos d�as�. Se march� a su casa m�s ligero; con la misma sensaci�n de cuando era estudiante y hab�a terminado los ex�menes.
No hab�an pasado tres d�as cuando una ma�ana, desayunando al lado de su hija peque�a, mientras le�a el peri�dico, dio un respingo y se derram� el caf� sobre la camisa. Su hija le increp�, llam�ndole torpe, y su mujer le mir� aviesamente. Balbuce� una excusa y fue a su habitaci�n con el pretexto de cambiarse. Tuvo que sentarse al borde de la cama. Acababa de leer la esquela de su amante. No pod�a creerlo�ella, que hab�a estado hac�a apenas unas semanas entre sus brazos, estaba muerta. La muerte�nunca hab�a pensado en lo definitivo que era morirse. Nunca m�s oler�a su perfume, nunca m�s oir�a su risa cantarina ni sus pasos leves taconeando cuando acud�a a recibirle en el piso donde se ve�an. Ya no la quer�a, o tal vez si, pero de todos modos, �qu� importaba ahora? No pod�a ir al entierro, habr�a muchos conocidos y quiz� alguien se lo contase a su esposa. Pero si consigui� enterarse de c�mo hab�a muerto. Infarto, �Pod�a morirse de un infarto una mujer que no llegaba a los cuarenta a�os, sana como una manzana?
Esa noche, antes de volver a su casa, se acerc� al cementerio y dio con la tumba. No le sorprendieron las coronas ni los ramos de flores, ella era una persona muy querida. Pero, �A qu� ven�an todas esas velas? Entonces record�era la noche de difuntos y la gente sol�a dejar velas en los cementerios para que ardiesen toda la noche. Toc� la tumba donde yac�a el cuerpo que tantas veces hab�a sido suyo. Le pareci� que una somnolencia extra�a le empapaba de la cabeza a los pies, y se sent� encima de la piedra helada.
Cuando despert� estaba amaneciendo y estaba aterido de fr�o, aunque la palma de la mano derecha parec�a arder. La abri� penosamente y vio con sorpresa que dentro estaba una gargantilla de rub�es que le hab�a regalado a su amante en su �ltimo cumplea�os. Ten�a forma de coraz�n, y precisamente esa figura era la que le hab�a dejado una aureola de carne quemada. Una herida con bordes bien definidos, con un dolor que hacia que toda su mano derecha latiese como un coraz�n a punto de romperse.

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10 Comentarios

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  Elmalevolico

  ufff... mucho sentimiento en este texto... sabes, una ves hice algo parecido... le dije a una chica que conocí que no quería saber más de ella... durante los siguientes 2 años tuve una relación enfermiza que me dejó por los suelos igual que yo le hice a ella.
  
  Por un tiempo creí que se trataba de una especie de karma por la forma en que terminé con esa chica, muchas cosas pasaron por mi cabeza, hasta llegué a creer que ella me había hecho algún conjuro para que mi suerte fuera la peor de todas.
  
  Y después de un tiempo la volví a ver... estaba embarazada, ya era su tercer hijo y ahora que iba a ser mamá, su ex esposo acababa de morir... lo que aprendí de esto fue que el peor daño no proviene de los demás sino de nosotros mismos.
  
  Conmigo y sin mí, ella la pasaba mal y yo por mi lado hacía otro tanto... Si yo hubiera deseado estar bien a pesar de lo que vivimos, tal vez otra sería la historia... tal vez...
  
  Un beso...

  03/11/12 05:11

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  Beth

  Yo no creo que uno tenga que aguantar toda la vida en una situación que no desea, pero también pienso que incluso para rematar algo hay que saber hacerlo. Odio el daño gratuito, que me lo hagan, pero todavía más hacerlo, y de hecho creo que nunca se lo he hecho a nadie. A mi si me lo han hecho y como sé lo que duele, ojala sea lo suficientemente fuerte para saber hacer en cada momento lo que me conviene a mi pero con la intención de no dañar a los demás. Igual pido imposibles

  03/11/12 11:11

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  Buitrago

  Relato crudo y muy bien llevado
  saludos
  
  Antonio

  03/11/12 12:11

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  Beth

  Muchas gracias Antonio. Buen fin de semana

  03/11/12 12:11

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  Asun

  Beth felicidades, un relato muy apropiado para estos días. Con el toque necesario de fatalidad y de escalofrío.
  Besos.

  03/11/12 06:11

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  Beth

  Gracias Asun, lo escribí el 31 de octubre, ya sabes, para animar la noche. Un beso

  03/11/12 07:11

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  Neogrekosay2012

  Con mis mejores saludos. Gracias por tu presencia, por tu constancia, por tu capacidad para sumir ese sentimiento de empatía con los demás. Admiro tu forma de percibir la realidad desde la madurez, quizá sea uno de los regalos que el tiempo deposita en nosotros. Al margen de todo problema (tan presentes en TT) merece la pena ser consecuentes del por qué y para qué estamos aquí. Un gran saludo.

  03/11/12 07:11

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  Beth

  Gracias a ti Neo. Siempre es un regalo leer lo que escribes. La madurez llega con la edad, pero sobre todo con los problemas, porque hay dos opciones: enfrentarse a ellos o dejarse abatir. Con tu permiso, un abrazo

  03/11/12 07:11

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  Kc

  Me has emocionado!!
  Inevitable lo que me has hecho sentir, no imaginas cuanto has tocado mi ser con este relato tan real y duro muy duro, gracias por compartirlo querida amiga, siempre que me ausento al volver tu casita es la primera que busco con ahinco, sabiendo que complacida saldre de aqui.
  Un enorme abrazo.

  04/11/12 12:11

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  Beth

  Si, querida, es duro, porque la vida también lo es y en ocasiones no nos ahorra sufrimientos. Te mando un fuerte abrazo y mi agradecimiento por tu presencia

  04/11/12 11:11