Pido paciencia para
sobrellevar las dificultades
que la vida nos regala;
amor suficiente para
perdonar a quien me ha dañado,
inocencia para ver el mundo
cada mañana con ojos de niña;
sabiduría para entender las
cosas que me hacen daño
pero que seguro me ayudarán
a crecer como persona;
humildad para reconocer
todos mis fallos,
amplitud de miras para no
juzgar lo que no entiendo;
poca memoria para los agravios
y largo recuerdo para no
olvidar las gracias recibidas.
Pido fortaleza para
despertarme cada mañana
incluso cuando creo
que no merece la pena.
Y sobre todo, seguir
amando todos los días
de mi vida para que
nunca pueda dudar de
que sigo viva
