Pasarán horas,días,
meses y hasta años
por tu puerta y la
mía; sin ruido pasarán.
Pero al final del camino
nada habrá cambiado,
todo seguirá eternamente
igual.
Seguiremos buscando
un lugar escondido
desde no podamos
oír el mar;
sólo ver montañas
y de estrellas nuestro
cielo cuajar.
Pero los dos sabemos
que ese lugar no
existe, que ha sido
sólo un sueño,
de esos sueños de
los que uno no se
acuerda al despertar.
Y así, soñando mentiras,
nuestro tiempo, el tuyo
y el mío, también
pasará; para derramarse
en ese río al que no se
ha de volver jamás.