Prometo contarte
un cuento en voz
baja, sentada al
lado del fuego.
Un cuento que te hable
de barcos vikingos,
de luchas feroces,
de batallas campales
y rubios guerreros.
Otro cuento de
bravos piratas,
de islas doradas y
de una bandera
con la calavera pintada
y dos tibias cruzadas.
Te hablaré también
de un castillo encantado,
de un duro torneo y
de caballeros cruzados y
espadas al viento.
Y al final llegará
un lobo hambriento
hasta la inocente doncella
a la que el enamorado
príncipe en la callada
noche de luna
su sueño vela
en el languidecer del tiempo
Gracias Indigo. Alguno más habrá, aunque no uno cada noche; quizá podría inventarme tantos si dependiese de ello mi vida, como la esposa del sultán en Las Mil y Una Noches
Debe ser una gozada ser arropada por ti con unos de esos cuentos de justas medievales, de castillos encantados, de damiselas inocentes y llenas de sueños ...
Es una de tus facetas que me encandila.
Un beso, querida Beth.
Danae, mis hijos lo han sufrido, pobrecitos, pero han sobrevivido. Ahora ensayo con las niñas de mi vecina, de siete y nueve años, cuando duermen en mi casa, y parece que les gusta. Besos