Todavía están tibios mis labios
con el calor de tus besos
y guardo en mi racimos
de amor eterno, como
uvas amargas que se
vuelven dulces al calor
de nuestros cuerpos.
En mi garganta se ha quedado
prendido tu aliento y
tus manos me han modelado
como lo haría un escultor ciego.
Tu huella ha quedado clavada
en mi cuerpo y tu aroma ya
no se escapa, lo llevo dentro.
Y aquí me quedo velando
mientras espero tu regreso.
Mantendré el fuego encendido
y aún en la ausencia quiero
ser tu sustento.
Te recibirán mis brazos
y se enredarán mis dedos
en tu pelo para que así
amor mío sientas cada
uno de mis desvelos.
Mis lágrimas no derramadas
serán tu coraza y tu escudo,
mi amor será tu mejor arma
y mi corazón tu puerto seguro.
...En mi garganta se ha quedado
prendido tu aliento y
tus manos me han modelado
como lo haría un escultor ciego...
Ummmmm... me encanta
Antonio