Effimera
- Shhh Shhh! callaos que nos van a escuchar.
Todo eso se sentía en aquel lugar mientras cada uno intentaba paliar los nervios como podía: algunos repasaban su texto, otros bailaban, incluso unos se divertían poniendose caras simpáticas unos a otros. Cada uno entrando en su papel a su forma, salvo ella.
Allí estaba, andando de un lado hacia otro y alternando la vista de arriba hacia abajo. No podía contenerse, los nervios iban ganando la batalla mientras ella intentaba dejar de ser, para dar vida a otra persona. Algo no la dejaba avanzar.
Miró a través de aquel telón rojo que tantas veces la protegía y veía como cada una de las personas entraba en aquel lugar y se acomodaba en aquellos sillones rojos. Todos se reunían para presenciar una historia, una historia que contaría ella con cada uno de sus compañeros.
De repente, se escuchó como el director dirigía unas palabras hacía aquella gente, introduciendo lo que verían a continuación. Ella ya no podía más, su corazón latía cada vez más fuerte, sus manos le temblaban, apenas era capaz de contener su respiración, ni siquiera sabía quién era ya.
Se apagaron las luces, se abrió el telón y todo cambió. Ya no era ella, era otra persona, con sus circunstancias dadas, con su forma de ser, de hablar, de andar. Al fin había salido aquella persona que tanto tiempo estuvo buscando.
Hora y media después, y entre aplausos del público, se apagaron las luces, cada uno abandonó la ropa que utilizara, junto con los diferentes elementos que componen la escena. Abandonaron el lugar volviendo a ser ellos mismos, con sus vidas, con sus sueños y con sus esperanzas.
Aquí tenemos la parte efímera del teatro, un aquí y un ahora que solo se puede compartir entre los actores y la gente que contempla la escena. El público.
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Polaris
Shhhhhh! Silencio.
Me gusto mucho.
Pol.
23/08/13 08:08
