Te debo este texto desde diciembre y aquí está. Desde que apareciste en mi vida te has vuelto prácticamente imprescindible, que te quiero y quiero demostrártelo cada minuto, cada segundo, en cada conversación. Eres de las pocas personas a las que se le pude considerar una amiga, de las de verdad por supuesto. Llegas y parece que no me importa nada más, me escuchas, me aconsejas, me dices lo que está mal, me ayudas y me intentas comprender; y gastar tu tiempo con una persona como yo... me parece increíble. Me miras a los ojos y sé que vas a estar a mi lado siempre, me miras y sé que tus para siempre son ciertos. Quiero que tengas claro no, clarísimo, que pasaré toda mi vida a tu lado, que eres como mi hermana, que me sentaré y te escucharé tres mil horas seguidas si es necesario y con la misma atención que al principio; que te quiero y no quiero perderte, y voy a demostrártelo. Te prometo un siempre, de verdad. Tienes aquí mi amor, mi cariño, mi ayuda incondicional, mi compañía, mi tiempo, mi apoyo siempre y especial, tú me das más de lo que nunca jamás podrás entender; yo te doy todo cuanto puedo y cuanto quiero es verte bien.
Te quiero.
