A veces creo que las palabras se encuentran,
se susurran.
Intento encontrarlas y si te miro;
me pierdo,
y es por tu pelo graciosamente colocado,
por el aroma que despide tu pasado,
y me vuelvo hacia atrás alborotada.
Recuerdo.
Recuerdo que hace tiempo conocí,
puertas en tu calle a las que llamar,
lágrimas aquella noche navegar,
y en un sublime beso enloquecer.
Y pienso.
Que ya nada volverá a ser como antes,
pues lo que yo te amé nadie lo sabe
y sinceramente:
Olvida;
cualquier huella en tu espalda sutílmente dibujada,
cualquier risa que en mi cuello se mecía,
y a la luz de esa noche descansaba.