Aquello parecía un funeral, de hecho cualquiera lo llamaría así… cualquiera de los que no la conozca como yo la conocía. Incluso aquí solo pensando en su muerte sigo aprendiendo cómo es la vida con ella, pero no caeré en el tópico de decir que para mí siempre estará aquí conmigo; me niego a pensar que después de haberse ido haya sido tan estúpida de quedarse por aquí dando vueltas; ni siquiera ella era de ese tipo de gente que siempre está encima preguntando cómo estás, incluso creo recordar no haber recibido una llamada suya en el tiempo que nos conocíamos si no era para tomar algo o para ver qué hacía. No era necesario.
Recuerdo cómo me sorprendía de vez en cuando saliendo de casa más de dos fines de semana seguidos, recuerdo los sueños que teníamos, las veces que apostábamos, lo pesada que se ponía cuando había bebido más de la cuenta. Recuerdo lo mucho que deseaba viajar y las pocas veces que lo hicimos juntos. Esta vez no veré las nuevas fotos de su álbum de aventuras; se ha vuelto a ir sin mí, y aun así, como siempre, le deseo buen viaje.
Esto no es un funeral, es el comienzo de un viaje, un bonito final.
Me gusta tu punto de vista, la mayorÃa de gente, cuando alguien se va, sea de nuestras vidas, o ni que sea de viaje, se entristece, pero lo mejor es pensar en que ahora quizás las cosas pueden ir mejor.
