Arde la llama en la hoguera de tu revestida hipocresía
Si jurabas amor para que espiar a la deshonesta sonrisa
Con la que en falsa rendición postulabas tu negro deseo
De retenerme a pesar de no sentirme parte de tu futuro

Si sabias que tu perverso corazón palpitaba hueco
Enlodando las caricias que en pasión rugiente
Asestabas contra mi cuerpo una y otra vez
Hasta llegar al clímax de tu desenfrenada orgía de dolor

Maldigo aquella noche cuando te hice mía, pues ahí empezó
El castigo de haberme perdidamente enamorado de nadie
Pues si fueras alguien seguramente estarías rendida ante mí
Pero tú orgullo y sed de obsesionarte te hizo caer al vacío

Arrastrándome en tu vorágine de sensaciones imperfectas
Oscuras con las que entumiste el sentimiento para convertirlo
En rastrojo de inmundicia que fenece ante la luz de la verdad
Que se suicida de no aguantar la cruda realidad de sentirse sucia

Arde la llama en la hoguera y desfilan una a una tus mentiras
Saltando entre sollozos lastimeros que crujen ante el calor
Y que con risotadas del infierno salen a su encuentro la duda
Y el hastío que sembraste en mi vivir con tus procederes torcidos

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