El ave nocturna despliega sus alas para salir por la presa
Esta noche seré yo quien te sirva para saciar tu envejecida sed,
Mi cuerpo deambula por la oscuridad de las calles desiertas
Como desierto tengo el corazón desde aquella última vez.
Grises sombras me acompañan y nublados pensamientos
Atosigan mi mente que se siente resquebrajada y débil,
Sólo quiere encontrarte para revitalizarse con tu aroma,
Con tu calidez espectrante y tu silente fantasía de placer
El aire es surcado por tu agilidad y mi interior empieza
A temblar al escuchar en el susurro del viento mí nombre,
Mi cuello empieza a cosquillear porque te sabe cerca
Porque te siente ansiosa de ocupar su espacio y su sabor
Es irremediable y lo necesito, es sólo cuestión de segundos
Y terminaras por poseerme una vez más, esta vez en un callejón
Sin comodidades, como te gusta, quizás sobre el cofre de un carro
O tal vez sobre la fría banqueta o de pie en la reja de un hostal
Pagaré el precio de percibir tu humedad sobre la mía, de permitirle
A tu cuerpo tome el mío y al quitar tu corset negro de fino encaje
Beberé también yo de tu pecho mientras tú lo haces con mi cuello
Robaras mi esencia y a cambio recibiré de ti la eternidad
a tu lado.