Rastreo en la niebla la densidad de tus amaneceres
Y en la oscuridad suplico con rabia encontrarte
Como la noche en que apareciste tras mi ventana
Para someterme al influjo pasional de tus colmillos
Como fiel guardián vigilo tu féretro y acecho tus
Sueños para cerciorarme que sean pesadillas de amor
Entre tu cuerpo y el mío, entre tu frío y mi calor
Ocultando la luz que pueda traspasar lo sagrado
Rehuyo de la claridad que no me deja ver y aúllo
Tu nombre por la ciudad en las tinieblas que dejaste
Desde aquel beso doloroso que sangró mi cuello
Y despertó en mi interior la sed de buscarte al anochecer
Reviso las marcas de tus uñas en mi espalda pero el espejo
No refleja mi imagen, tal vez porque te la llevaste
Al desplegar tus alas y ahora estoy en tu guarida
Ansioso que despiertes y sacies nuestro apetito voraz de pasión