La sangre emulsionaba en desparpajo nocturnal
Y ahí estabas tu sentada esperando mis colmillos
Ansiosa de sentirte amada y muriendo por dar amor
En perspectiva acidulada por ceremonias cotidianas
Volvías tu rostro ante el dolor de sentirte vacía
Y anhelabas que mis labios repasaran tu cuello
Esta vez no fue tu habitación si no la calle serena y oscura
Donde el farol de la esquina iluminaba levemente el paisaje,
Las ventanas curiosas atestiguaban nuestro encuentro
Sobre la pared del edificio continuo repegamos nuestros cuerpos
Mientras poseía tu pasión acelerada, mientras tomabas de mí
Lo suficiente para saciar tu ansiedad reprimida y perversa
Mordías mi brazo y yo hincaba en salutación sobre tu delicioso cuello
Sacudías tus caderas en vaivén desenfrenado y armonioso
Para fundirnos en un largo beso que marcaba el final de la batalla
La dosis de nuestro amor durará un día más, la noche aguardará
Celosa de reunirnos y voluptuosa de llevarnos al placer,
Me alejo en vuelo y tú regresas a tu cama
pensándome
buen poema.