Estableces un nudo gordiano del que es imposible desenredarse.
El dolor de la noche (el alba difumina cada espacio doloroso, lágrimas que se marchitan, ansiedad nocturana, remolino abrupto, insomne oscuridad que teje telarañas tormentosas) no desaparece al alba, sino que, con una paradoja terrible y un determinismo lacerante, nos ahoga (sofoca) en nuevos dolores (enciende el primer llanto del día, augurio de más llantos, agrieta y golpea, sofoca y condena, desprecia), de imposible solución (la noche volverá a traer toda la amalgama de sinsabores relatada, sin embargo, se aguarda su regreso, como único canto de esperanza en la desesperanza de la sucesión de días y noches)
Sin duda, no deja indiferente.
Un saludo
El alba y la obscuridad, tan distintos, tan llenos de magia, y a su vez complices de la inspiración. Excelente texto Buzz. Un abrazo
Muchos aguardamos ese lugubre manto, mi buen Buzz, ya que el dia no nos ilumina...
Buen texto ;)
Buzz, Buzz...lo haces realmente bien...te has convertidop en unop de mis preferidos...sigue asi,...
No cambies...o...sip...clarop...cambia...pero para mejor...heheheh..
Saludos!...=)
ya la aurora sonríe, mirando ir la oscura noche y sofocante el alba aparéese
Gran texto!!!!!!!