Enlabasilica
Estableces un nudo gordiano del que es imposible desenredarse.
El dolor de la noche (el alba difumina cada espacio doloroso, lágrimas que se marchitan, ansiedad nocturana, remolino abrupto, insomne oscuridad que teje telarañas tormentosas) no desaparece al alba, sino que, con una paradoja terrible y un determinismo lacerante, nos ahoga (sofoca) en nuevos dolores (enciende el primer llanto del día, augurio de más llantos, agrieta y golpea, sofoca y condena, desprecia), de imposible solución (la noche volverá a traer toda la amalgama de sinsabores relatada, sin embargo, se aguarda su regreso, como único canto de esperanza en la desesperanza de la sucesión de días y noches)
Sin duda, no deja indiferente.
Un saludo
15/10/09 07:10