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Aprisionado En tu Sonrisa

Nos leímos a la distancia, las sonrisas tomaron partido y jugaron incesantes sin complicaciones. Estrellaste galaxias al mirarme, compraste todos los boletos a ganarme el corazón, no eras vos, no era yo, eramos nosotros. No hubo ganadores, porque los besos no se ganan, se roban, con miradas, con un chiste, con una caricia y así el camino entre dos bocas se cruzan, rompiendo tensiones, generando sensaciones, sismos y terremotos, huracanes en toda la piel, que no para de erizarse, mientras que nosotros no paramos de sonreír, dejando menos de un centímetro de distancia entre nuestros labios.

No hay dolores, no hay problemas, son los momentos donde ya no existe vida entre la tierra y el cielo, la muerte pasa a un segundo plano. Al cerrar los ojos vemos un mundo nuevo, con explosiones similares al Big Bang cada vez que colisionan los besos.

Rompían las estrellas en llanto, se dejaban caer, estrellas fugaces. La luna nos miraba, envidia sana generaba eso, esto, lo que fuimos. Hasta el peor artista retratando tu sonrisa hubiese ganado millones, pero era mía, esa noche me sonría, se mostraba, me seducía a cada instante. Y unos ojos, unos ojos que se dibujaban con un trazo fino y delicado ¿Quién te esculpió belleza? ¿Quién es el dueño de tan hermosa creación?

Tus manos me hablaban, era un ciego, leyendo nuestra novela Braille pasional. Amé, te amé, te amó, no se si te amaré, el tiempo me pesa y el destino ya no me insiste tanto. Relojes impuntuales, libros con parla, parla en tinta de dos personas en un tren, que si se hubiesen conocido 5 minutos antes, estarían callando libros, escribiendo su viaje de ida hacia el nunca jamás. Así fue, nuestra historia concluyó, borrando los renglones, dejando las oraciones libres sobre el papel, quizás para volver, quizás para solo ser.

Quisiera caminar tranquilo, con mi boina, la que no te gusta. Quiero mi café sin azúcar, bien temprano, pero no aquí, ni allá, sino, contigo. Me gustaría saber a cada instante tus movimientos, si me extrañas, si aún me quieres, si al menos queda algo, por ahí dentro.

Me está costando escribir, mejor diré, que me está costando soltarte. Porque no escribo, te describo, me revivo en ti con cada palabra, quemándome en errores, matando la conciencia en dudas, en depresiones.

Escapé tantas veces que ya marqué la huella del regreso. Aprieta fuerte, lo mas fuerte que puedas, contra tu pecho, contra tu corazón, si no lo haces déjame caer, el vació será mi abrigo. Estés donde estés, en la constelación que te encuentres dibujando los prados de estrellas con tus manos, lee mi súplica de auxilio, hazme ese favor, necesito un mimo emocional, que todo cae, que todo muere y no quiero abrir los ojos.



Que belleza la proeza de ser libre, aprisionado en tu sonrisa
Cafefrioenpapel13 de mayo de 2015

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