Nos pasamos la vida pensando...que algún día todo cambiará. Que la suerte llegará, y que todo lo soñado por fin sera real.
Pero en este trance está el verdadero sueño, la verdadera vida. No es pensar, es sentir. No es esperar, es hacer. En el transcurso del porque, nos encontramos con el cómo, y nos despedimos del cuando.
Estamos aquí, nada más. Existimos , nada más. Somos seres que pertenecen a esta reunión en el mundo, llamada vida. Pasajeros de un tren, con un único viaje. Pensemos pues, que hay vida más allá. No la necesitamos, porque como dije antes, no necesitamos pensar. Sentir es nuestro destino, aprovechar lo que tenemos, sacarle partido a las pequeñas cosas, quizás algún día, cuando ya no tengamos tiempo para pensar en las tonterías que dije antes, les demos su valor, a lo que antes ni tan siquiera veíamos. Esta justo frente a frente por vosotros, no miréis, solo tenéis que sentirlo. Como esa energía se apodera de vosotros, entra por la punta de vuestros dedos, pasando por el corazón, y saliendo disparada por los dedos de los pies. Esa mejor nota de la clase con 6 años, esa excursión tan deseada con 8 años, ese dibujo que a pesar de todo lo que borraste por fin te quedo bien, esa música que te encantaba oír, y tararear horas y horas, esas cosquillas al ver al chico guapo en clase...esa inocencia dentro de ti. Aún sigue ay, esperándote, a volver nuevo a saltar, a correr, a bailar bajo la lluvia, o sonreír con una canción. El lado bonito y tierno de la vida, las pequeñeces, que te hacen sentir bien, tenemos la llave, solo nos falta la cerradura.
Me gusta.
Es tan positivo hace falta temas así.
Saludos