Y al ver su sonrisa fue como si despues de una gran sequia sintieras en la cara la primera gota de una tormenta, no sabes si lloverá o si al final solo sera una pequeña broma del cielo, solo sabes que es algo que te saca otra sonrisa y buscas algo que te aclare dudas. En este caso miras el cielo buscando si lloverá o no lo hará, y en el otro buscas sus ojos para ver si esto no es mas que un gesto de cortesía o hay algo más. Si, el cielo está encapotado, lloverá, e incluso puede que caigan algunos truenos. Mientras te alejas caminando, empieza a llover, y la lluvia se mezcla con tus lágrimas. Te alegras de que haya llovido, si ves a alguien no sabes como podrías ocultar las gotas que corren por tus mejillas. Te dices tonta a ti misma, tonta, tonta, tonta. Es imposible que haya algo más, no te conoce, no lo conoces. Claro que era un gesto de cortesía. Pero oyes que alguien te llama, es él, con una sonrisa en la cara, se acerca corriendo.
-Tu pañuelo, se te cayó cuando salias y creí que lo podías necesitar.
En realidad solo era un pañuelo de papel, lo miras y le sonríes. Es patético que haga esto, pero te gusta.
Y se alejan dos cuerpos caminando entre la lluvia, y un corazón que al fin ha encontrado la parte que le faltaba, el otro trozo que había perdido hace unos años atrás, cuando empezó todo.