Café “la Esperanza”
Le di un respiro a mis emociones, aprendí a caminar sobre arenas movedizas, supe que debía superarlo, jamás entendí el por qué sucedieron las cosas. Acostumbrarme a no sentir rechazo por alguien me costó, mi mano siempre estaba arriba intentando que alguien me viera, que escuchara lo que tenía que decir. Al fin haber atravesado toda esta tormenta fue una travesía, descubrí quien realmente soy y que es lo que en realidad siempre quise. Tener los brazos abiertos de alguien en quien confiar era lo que necesitaba, la estabilidad que anhelaba, el corazón sin dejar de latir más de lo normal cuando lo veo. Ahora que lo encontré, ahora que sé cómo se siente, es cuando empieza la verdadera aventura, jamás dejar ir lo que me alimenta mis esperanzas de un gran amor.
