Hormigueros
Nadie podía detenernos, las bicicletas impulsadas por nuestros pies desnudos corrían a gran velocidad. Esquivábamos cada árbol pequeño y grande, cada piedra, cada caracol...
Pero ahora ya no estas, ¿quién cuidará los hormigueros del parque?... son muchos.
Y yo estoy sola...
Yo pensé que los niños no morían...