se encierra en un vuelo eterno,
gira más rápido que las aletas
de ese ventilador de techo engrasado.
así la habitación
se recarga de energía
blanca en un día de lluvia.
el agua limpia su estómago,
escupe las últimas gotas de resaca
y comienza el combate
contra el orgullo,
hay sólo una cosa
que no se puede ablandar
en esta coraza de cuero
y es el orgullo.
dispara algunos suspiros contra
el viento,
madruga a las penas
y se tira de cabeza a esa
cama del divague constante,
esa cama que acopla sueños,
los hace energía
y los devuelve siempre
hechos una sonrisa.