Cesaron tus besos una tarde,
callaron tus labios aquel día,
durmieron tus ojos implorables de ternura y compañía.
Cayeron muertos tus abrazos,
sonaron fuerte tus latidos,
pues sin tiempo nos quedamos para estar los dos unidos.
Ondulante tu cabello,
se fue lento hacia el olvido,
despidiéndose mis dedos de su siempre eterno brillo.
Tu figura curvilínea,
sorprendida entre mis brazos,
se deshizo suave y fina ignorándola mis pasos.
Terminó tu travesía,
entre mi cuerpo, entre mi piel,
pues esa tarde de aquél día con frialdad te asesiné.
No me esperaba el final, después de la lectura ese final trágico me pillo de sorpresa. bsos didina