Escondo mis risas en el silencio,
mis sueños bajo la almohada,
y mis tristezas en el recuerdo
de la siempre mujer amada.
Enojos justo en el centro del ceño,
que no se frunce, que siempre engaña.
Suspiros que nacen sin tener dueño,
que en el vacío se las apañan.
El calor de un abrazo bajo la piel,
la ternura de un baso en el fondo del alma.
Y todo lo que sabe a ajenjo y a miel
tiene un lugar en lo alto del alba.
Escondo en mi pecho un eterno desfile,
lleno de luces y también colores.
Escondo en el mismo, deseos febriles,
y procesiones con muchos dolores.
Tenue, sutil, inmutable por fuera,
rodeado de un mundo que a veces no entiendo,
imito a un humano que muerto estuviera,
mas todos ignoran que ya estoy viviendo.
Y es que yo prefiero soñar a escondidas,
hablar inaudible, llorar hacia dentro.
Pues de esta manera yo tomo medidas
para cuando vengas por fin a mi encuentro.
A la vida sí!! A la vida...