Lento devenir bajando rápidos
inmerso en el envolvente ruido,
en el tronar del rayo
en medio del cotidiano revuelo
a la velocidad del relámpago
muerto ya con estruendo en el cielo.
Ajetreo interno sordo
ajeno al dulce sonido
de esa tierna voz
que en la vorágine del camino
te reclama, te anhela
sin más logro que su eco
en tu balbuceante alma presa...
Yo,...
es que tengo que...
voy a...
un minuto...ahora...
un segundo y termino...
te prometo...
Sólo un arroyo de silencio
es lo que de ti quiero
ese trino imperceptible
en una verde alameda
acompañado del cri-cri del grillo
en la alegre hora de la siesta
Te pido esa paz sosegada
que sirva de lienzo
a mis ansiosas palabras
esperando ser escuchadas
siempre en cualquier momento
siempre mejor con tu alma liberada.
Palabras de mis monstruos
en el silencio de la cama,
de fantasías y reinos
donde acabo muy cansada
imaginando que tú
todo lo puedes y nada te para.
El poema me encanto...pero el final; te te deja exhausto.
Saludos siempre.