En tu pequeña caja de cartón
vives condenada a la ausencia de aire
no importando si gozas de donaire
o tu acervo no tiene parangón.
Decayendo aliento con dilación
a cada paso, ya inmune al desaire
anhelando la armonía del fraire
en aras de alcanzar tu salvación.
En densa y tupida tela de araña
mueren el ánimo y todas las ganas
haciendo del halago cosa extraña,
tomando siempre por palabras vanas
aquellas que resuelven su montaña
sin siquiera despeinarse las canas.
Muy bueno, como acostumbras Clopezn, un gran saludo.