Zapatero a tus zapatos
debió de pensar
mientras de sudor se cubría
pisando y pisando sobre el lagar.
Sin embargo tan hastíado
y vacío llegó a estar
que en su oscuro pozo
le dio por soñar y soñar.
Y soñó grande...
y lejos con el mar.
Y voló alto, tan alto
que daba miedo saltar.
Así que en barco libre
se decidió a navegar
con las velas al viento
sin miedo a zozobrar
con su mirada fija
y serena sin pestañear,
en una estrella del horizonte
detrás del polvo lunar.
Y ensimismado en su mundo
en sueños oyó gritar;
era el capataz que preguntaba
que cuando su señoría iba a acabar.