Es muy fácil reír cuando todo va bien. Pero algún día llegarán todos esos problemas que sabemos pero no queremos recordar. Hay que saber afrontarlos y creo que cada uno de nosotros sabemos si seremos capaces de hacerlo, solo que aquí no vale esconderse. Esta fuerza solo se mide personalmente, siendo capaz de sonreír sin tener a nadie que lo provoque, simplemente es mirar a los demás a los ojos y no deberles nada. Cumplir unos principios que nos hacen ser diferentes.
Hay que respetar aunque no siempre seamos respetados, pero creo que es ahí donde se marca la diferencia a nivel personal. Es seguir el rumbo sin dejarse caer en las trampas y ayudar a los que han caído en ella. Quizás nadie te de las gracias pero creo que no hay agradecimiento tan inmenso como sentirse autorrealizado en un mundo donde los buenos actos asumen un papel secundario.
Lo más importante es vivir como tú creas que has de hacerlo y da igual si vas a contracorriente o te miran de reojo al pasar. Al final es más importante tu vida que una mirada que se pierde en la ignorancia de ser uno más.
Arriesgando no siempre se gana, pero si al menos existe la esperanza que es lo último que se pierde. Arriésgate a todo lo que creas que valdría la pena.
