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La última Carta Dirigida a Los Refugiados.

La última carta ya no gastaba tinta ni posdata ni ostias. Escurriéndose como el agua en manos de un niño viendo como se va sin hacer nada, embobado. La historia del capitán que abandona el último, que no vaya a ser que al salir te disparen, ya ves aquí las balas no matan ni se ríen a las espaldas. Lo más importante no es el ruido de los cobardes al llegar, sino el silencio de los valientes al marchar.

(Por todos aquellos que se anteponen a todos los cobardes que sólo saben hablar apuntando con un arma primero y que al marchar guardan el silencio de la valentía de ser quienes son).
Conlacaradescubierta11 de mayo de 2011

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