Me he puesto las gafas de sol y aún así tengo los ojos tan terrosos que me duele abrirlos. Paro en algún escaparate para disimular, porque no veo por dónde voy. Los pañuelos no dan abasto y las manos las tengo tan húmedas que las aireo para secarlas a pesar del frío. Estoy deseando llegar a casa; no saludo, no conozco. Sólo quiero llorar y llorar hasta desfallecer. Quedarme sin fuerzas y no sentir. Horas en el suelo o en el sofá o en la cama, da igual. Mis lágrimas silenciosas como acompañamiento y mis labios sellados para ahogar las palabras. Sé que estás ahí, pero no me llames. Necesito enterrar mi vida en el olvido, blanquear las paredes de mi mente y aprender a caminar sin sol. Desprenderme de recuerdos, penar mi desdicha y comulgar el polvo. Déjame llorar, a solas, déjame llorar.