TusTextos

Adiós.

Es increíble verme a mí misma en este momento escribiendo esto, ya que pensé (absurdo, lo sé) que nunca tendría la necesidad de desahogarme por otro corazón roto luego de conocerte y, como verás, me equivoqué. Me equivoqué en suponerlo como también me equivoqué en situaciones y decisiones varias y sé que sería otro error dirigirme a ti con una falsa sinceridad y desearte suerte con tu nueva relación porque honestamente espero que no la tengas. Espero que seas infeliz y que cada día recuerdes mi expresión cuando dijiste que ya no tenía sentido seguir, cuando me echaste en cara todos mis defectos, aquellos que más detestas y solías decir que adorabas. Patrañas. Era una relación construida sobre una base de patrañas y lo supe desde el inicio, pero tuve una corazonada que me dijo que podía ser diferente. Dichosa yo los siguientes meses en los que me abandonaste sin razón aparente y yo sin remilgos te esperé con los brazos abiertos, sintiéndome plena una vez que volvías a encerrarte en ellos. Dichosa yo en cada discusión que me dejabas con la palabra en la boca. Dicha, dicha fue todo lo que nuestra relación me ofreció luego de esa corazonada. Me hiciste feliz, fuiste lo mejor, pero te encargaste de destruirlo todo en menos de quince días. Ahora yo me despido de ti y más dichosa sería si pudieras concederme el deseo de no volver a ver tu cara de bastardo jamás.
Adiós, soy libre.
Corazondesbocado10 de diciembre de 2015

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