Lumino
Me ha gustado mucho tu poema. Pero el rey Arturo, estaba desdentado desde que un caballo, después de tiralo al suelo, le pisara la boca. Era alopécico desde que un alquimista le fabricó un crecepelos a base de amoniaco; consecuencia, por lo cual, quedó tuerto de uno de sus dos ojos color marron, al derramarse la pócima sobre uno de ellos. Al tener una cadera mas alta que la otra, lucÃa una cojera muy caracteristica y le fabricaron un zapato especial con un suplemento de quince centÃmetros. Aun asà era un hombre irresistible para las mujeres pués, también por consejo de sus asesores, nunca se lavaba ... ya digo, iresistible...
Pero los caballeros son caballeros y hay que pintarlos como caballeros, y tu lo has hecho muy bien.
Un saludo
20/06/12 09:06