Todavía recuerdo como en 3r ESO, al hablar de la esclavitud, en la aula de música, nos decían que si una persona trabaja más de de S del día, ya es un esclavo.
Bien, si las 24 horas del día las dividimos entre tres, nos salen periodos de 8 horas.
Pasamos 6 horas en clase y al llegara casa tenemos que pasar la tarde frente al escritorio, perdiendo el tiempo, ya que es imposible concentrarse después del bloqueo mental que genera el instituto.
Y todo esto no termina aquí. Después de perder -pongamos que 4 horas- de nuestra tarde, debemos madrugar a la mañana siguiente para estudiar ese examen que no terminamos de entender bien. Pongamos que madrugamos dos horas.
Nos encontramos con:
6 horas de clase
4 horas por la tarde
2 horas de la mañana siguiente
Son 12 horas. Si, la mitad de nuestro día completo.
¿Somos o no somos esclavos?