Lo recuerdo todo.
Recuerdo el ruido, el miedo que sentía cuando lo escuchaba y como me escondía debajo de la mesa para intentar que cesara. También la recuerdo a ella en aquel día, la forma en la que me miraba, intentando no parecer indiferente, intentando parecer lo que no era. Y sí, dolió. Dolió verla subir y verla dejar atrás el anden, pero dolió mas sentir que también me dejaba a mi allí, con él.
Si hago memoria, aun puedo sentir lo mismo que ese día. Algo dentro de mi dejo de funcionar, se paro. No lograba entender que había sucedido y no podía hallar consuelo. Llore, pero para mi, sin espectadores, en la soledad de mis sabanas. Y sin mas, un día pare de llorar.
Lo de el fue peor, creo. Estaba hay, siempre estaba hay, pero era un mero figurante que no sentía. Siempre había tenido mas esperanzas con el, supongo que podría decirse que seguía queriendo creer en los milagros, pero muy a mi pesar eran cosas que no ocurrían con frecuencia.
Volví a sentirlo, esa sensación, aquella tarde que llegue y su habitación estaba vacía. Esta vez no tendría la imagen de alguien que se despide de mi sin importarle, pero aun así, no estaba.
